Instinto
todo se jodió un domingo por la mañana cuando hice la pregunta prohibida ¿me quieres? y sus ojos se volvieron un remolino de cientos de emociones tan intensas como contradictorias ¿cómo convencerla de que moriría por ella? ¿cómo convencerme de seguir sin su sonrisa? pero no hubo respuestas tan solo muecas y un silencio impenetrable tras de nosotros vestigios de lágrimas y complicidades promesas dulces que se convirtieron en vinagre y ahora entre el aroma del café y el humo de cocina mientras como sin ganas un pan tostado con azúcar y mantequilla solo escucho las excusas de la vida del tiempo que se desperdició en idilios de la sangre que recorre mis venas ardiendo con la furia de quien ve su barca hundirse una barca bella y potente tundiéndose en un charco mediocre y sucio no debería ser así, no tenía que ser así y sin embargo es como es la tormenta fuera de temporada como la herida de una espina en un día de campo cuando por acariciar la rosa me destroza el cardo y sin embargo es que